El pequeño pueblo de Cantabria con aires celtas que muy pocos conocen: tiene uno de los castros más increíbles de la zona

La comunidad autónoma de Cantabria está repleta de pequeños pueblos llenos de encanto que son perfectos para una escapada rural de fin de semana al norte de España. A pesar de que los más conocidos estén en la costa, a orillas del Cantábrico, en el interior de la región también se pueden encontrar preciosas localidades en las que reina la paz y donde los turistas se toparán con grandes tesoros, y un claro ejemplo de ello es la villa de Abiada, situada al sur del territorio cántabro y casi colindando con Castilla y León.

Este pueblo perteneciente al municipio de Hermandad de Campoo de Suso se enclava en la parte septentrional de la comarca de Campoo-Los Valles, y aunque solo tenga unos 80 habitantes censados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la realidad es que uno de los mejores destinos que se pueden visitar en Cantabria si lo que se busca es la tranquilidad. Además, en él es posible descubrir tanto maravillas arquitectónicas como tesoros naturales, por lo que sin duda es una villa muy a tener en cuenta para pasar dos días sin ningún tipo de preocupación.

Abiada, una de las grandes joyas del interior de Cantabria

Si por algo se caracteriza la localidad de Abiada es por sus preciosas casas de piedra, las cuales incrementan ese espíritu rural que se puede encontrar en todos los rincones de la villa. A través de sus callejuelas, los visitantes que se adentren en el pueblo se impregnarán de la esencia cántabra más típica, y todo ello con la sierra del Cordel como telón de fondo. Su casco urbano está atravesado por un afluente del río de Gares, lo que añade todavía más encanto a esta pequeña población que no tiene nada que envidiar a los centros turísticos más conocidos de la región.

En la villa también se ocultan algunos edificios de gran valor arquitectónico, entre los que destaca la Iglesia de San Cristóbal, levantada entre los siglos XVII y XVIII y que se erige sobre el resto de edificios del pueblo. Además de ese templo y de la arquitectura típica de la zona, en Abiada también es posible encontrarse árboles enorme importancia natural, como un impresionante roble o un increíble ejemplar de tejo, pero otra de las grandes riquezas de la localidad no se encuentra en el centro urbano, sino a escasa distancia de él.

El impresionante castro de Abiada

A un kilómetro del casco urbano de Abiada se ubica un espectacular castro que data de la Edad del Hierro y que demuestra la presencia humana en esta parte del norte de España casi desde tiempos inmemoriales. Este apasionante asentamiento está enclavado entre las cumbres de la sierra, y su situación en lo alto de un risco denota que quienes lo levantaron buscaban defenderse de posibles ataques. Fue descubierto en 1989, y desde entonces se ha convertido en uno de los principales lugares de interés de la localidad.

De esta manera, tanto si se hace una excursión a la localidad como si se pasa un fin de semana en ella, es casi obligatorio acercarse a este asombroso castro. Además, desde él se pueden tener unas vistas panorámicas excelsas de todo el entorno que rodea a esta villa cántabra, la cual es desconocida para muchos, pero que en realidad es todo un paraíso enclavado en el sur de la región.

Cómo llegar a Abiada

El pueblo de Abiada se encuentra a una hora por carretera de la ciudad de Santander. Para ir desde la capital cántabra, en primer lugar hay que tomar la A-67 y circular por ella durante bastantes kilómetros, hasta llegar al municipio de Reinosa; allí, se debe virar por la CA-183, que atraviesa localidades como Salces, Fontibre y Espinilla, hasta finalmente desviarse por la carretera que lleva al casco urbano de la localidad de destino.